Aquí estoy, intentando una vez más, meterme en la película, en la secuencia en la que vuelves a encontrarme. Pero con la diferencia que esta vez no me dejas ir.
domingo, 29 de enero de 2012
sábado, 28 de enero de 2012
Se aman.
En las librerías de las calles de Berkeley donde todavía flota un aroma a bohemia. En un cine de Reid Street donde no ven gran cosa de la película Leaving Las Vegas, tanto se pierden en besos y caricias. En un pequeño restaurante, ante una gigantesca hamburguesa hawaiana con piña y una botella de Sonoma.
Se aman.
Hacen el tonto, juegan como críos, se agarran fuerte de la mano y corren por la playa.
Se aman.
En un cuarto universitario, donde él improvisa para ella, con su guitarra, una versión inédita de La Valse à mille temps de Jacques Brel. Ella baila para él, primero con languidez, luego cada vez más rápido, girando sobre ella misma, desplegando sus brazos, la palma de la mano girada hacia el cielo a la manera de un derviche giratorio.
Él deja su instrumento y se reúne con ella en su trance. Forman una peonza que acaba cayéndose al suelo donde... se aman.
En las librerías de las calles de Berkeley donde todavía flota un aroma a bohemia. En un cine de Reid Street donde no ven gran cosa de la película Leaving Las Vegas, tanto se pierden en besos y caricias. En un pequeño restaurante, ante una gigantesca hamburguesa hawaiana con piña y una botella de Sonoma.
Se aman.
Hacen el tonto, juegan como críos, se agarran fuerte de la mano y corren por la playa.
Se aman.
En un cuarto universitario, donde él improvisa para ella, con su guitarra, una versión inédita de La Valse à mille temps de Jacques Brel. Ella baila para él, primero con languidez, luego cada vez más rápido, girando sobre ella misma, desplegando sus brazos, la palma de la mano girada hacia el cielo a la manera de un derviche giratorio.
Él deja su instrumento y se reúne con ella en su trance. Forman una peonza que acaba cayéndose al suelo donde... se aman.
domingo, 15 de enero de 2012
sábado, 14 de enero de 2012
Dime al menos dónde puedo encargar a alguien como tu. Pero encárgate de que venga con todos tus defectos incluidos en el precio. Pídeles que me plagien tu esencia, y tu estúpida forma de reír. Lo quiero igual de artista, con la misma iniciativa, no me importa pagar gastos adicionales.
Diles que no olviden tus detalles. Que no le cambien tu ideología, que siga sabiendo lo que quiere y hasta qué punto. Que le falten horas a sus días y que venga a robármelas después a mi, aunque sea de madrugada. Pídeles que encuentren la fórmula que tienes para que me sea imposible pensar que hay algo más entre tú, yo y nuestra circunstancia.
Aprovecha la oferta y exige que me lo envíen sin gastos de envío, con tan solo ganas de mi.
domingo, 8 de enero de 2012
No me queda más que rememorar cerrando los ojos, repasando cada recoveco de tu cara, rearmando poco a poco con dificultad cómo te recuerdo. Tu sonrisa, haciéndose paso entre el montón de cosas que tenías en mente. Tus brazos, lo suficientemente largos para rodearme, envolverme y protegerme. Tus piernas, para caminar a mi lado y tus manos, acogedoras, para no soltarme más.
Sí, estoy ahora cerrando los ojos y pensándote. Pensando que si te pienso, me pensarás y me recordarás con la misma cantidad de detalles con los que yo te recuerdo. Deseando que no me hayas olvidado, que no me hayas borrado entre pensamientos en la almohada, deseando poder hacerte realidad, poder tenerte aquí, o estar yo donde sea que estés tu. Hubiese dado mi último aliento por hacer que dure, que dure tanto en mi cabeza y sobre todo, en mi corazón.
miércoles, 4 de enero de 2012
Me levanté tarde, me quedé dormido. Quizás soñando contigo, quizás con nosotros, quién sabe.No, no quiero saber. Corrí de camino al colegio, casi acomodándome la ropa en el camino, con los ojos adormecidos y el pelo alborotado, sabiendo que otro día más empezaba. Me dijeron que estaba muy guapo hoy. A mi no me interesaba, no de ellos.
Todos notaron mi ropa, pero no que no llevaba mi collar. No notaron que ya no te llevaba conmigo. Hice todo lo posible y más para no recordarte hoy, que me gustaba la idea de ignorarte porque cuando te pienso, me duele saber que no estás. Me duele que la gente olvide con tanta facilidad y yo tener que quedarme amarrado a mis recuerdos, porque no puedo simplemente irme sin deshacerme de sus rostros, no puedo, no va conmigo.
Cuando salí del colegio, fui a comer, y te confundí con alguien cuando estaba caminando hacia el lugar donde nos encontraríamos. Te vi en la cara de un hombre que me sonrió picaramente y bajó la mirada. Sentí que eras tu porque me da tranquilidad, me tranquiliza ilusionarme con que podría verte en cualquier lugar, y que si así fuera, me sonreirías sin pudor, tu sonrisa me contaría de los días que no hablamos, de los que no vimos amanecer, de los momentos malos y los buenos, tu sonrisa podría construir las bases de un mundo totalmente nuevo.
Siempre supe que tu sonrisa sería capaz de hacerme feliz.
domingo, 1 de enero de 2012
Suscribirse a:
Entradas (Atom)