domingo, 8 de enero de 2012

No me queda más que rememorar cerrando los ojos, repasando cada recoveco de tu cara, rearmando poco a poco con dificultad cómo te recuerdo. Tu sonrisa, haciéndose paso entre el montón de cosas que tenías en mente. Tus brazos, lo suficientemente largos para rodearme, envolverme y protegerme. Tus piernas, para caminar a mi lado y tus manos, acogedoras, para no soltarme más.
Sí, estoy ahora cerrando los ojos y pensándote. Pensando que si te pienso, me pensarás y me recordarás con la misma cantidad de detalles con los que yo te recuerdo. Deseando que no me hayas olvidado, que no me hayas borrado entre pensamientos en la almohada, deseando poder hacerte realidad, poder tenerte aquí, o estar yo donde sea que estés tu. Hubiese dado mi último aliento por hacer que dure, que dure tanto en mi cabeza y sobre todo, en mi corazón.

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