martes, 10 de marzo de 2015


Putos buitres. Pueden esperar durante horas. Días. Por las noches también. Te miran con descaro y eligen las partes que te arrancarán en primer lugar, qué trozos serán los más tiernos, los más sabrosos o qué parte será la más conveniente.
Lo que no saben, lo que nunca esperan, es que la presa esté fingiendo. Los buitres son presas fáciles. Justo cuando creen que lo único que deben hacer es tener paciencia, quedarse sentados y esperar a que te mueras, es cuando les golpeas. Es el momento en que utilizas el arma secreta: una falta de respeto absoluta por el status quo; la negativa a aceptar el orden de las cosas.
Es justo entonces cuando los dejas pasmados al demostrarles que te importa una mierda.

1 comentario:

Manuel Vicente Sánchez Castro dijo...

los buitres sin plumas y sin alas son los que han dado tan mala reputación a los buitres de verdad, esos que simplemente se buscan la vida para no morirse de hambre.