Si estuvieras delante te diría que me hubiera gustado haberte dicho más de lo que llegué a decirte. Que me hubiera gustado callarme todo lo que no debí haber dicho. Que las palabras no son más que palabras.
Te diría que durante el tiempo que nos distanciamos estuvimos más cerca de o que nunca habíamos estado. Que nadie fue tanto queriendo ser nada.
Te diría que besé otras bocas y mordí otros labios, pero que los tuyos saben mejor. Que aunque otros bailaron más conmigo, como tú no baila nadie.
Te diría que recorriendo otros cuerpos descubrí que ninguno es como el tuyo. Que otros son más guapos, pero que ninguno es como tú. Que los demás son cualquiera a tu lado.
Si estuvieras delante te diría que otros duelen más, pero que tú dueles siempre. Que llevo tus heridas tatuadas de por vida.
Te diría que te recordaré como el primero de mi lista. Y como al último que debí haber querido. Que todos fueron menos de lo que tú fuiste. Que todos fueron más de lo que deberían haber sido. O que ninguno mereció serlo más que tú.
Te diría que es verdad que quise a otros, porque quiero más de lo que debería, pero que si dejamos de querernos -si es que eso puede dejar de hacerse- fue porque el azar no quiso darnos esa suerte.
Pensándolo bien, si estuvieras delante lo último que haría sería decirte nada.
Aunque recuerda que, como dije, las palabras no son más que palabras.
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