Hoy te escribo para decirte que tenías razón; No me he vuelto a encontrar con nadie como tú. Y menos mal. También quería darte las gracias. Sí, porque desde que te fuiste descubrí los juernes al sol. Empecé a disfrutar del volumen alto de mi canción favorita mientras cogía el coche un jueves de vuelta a casa y el sol empezaba a salir. Gracias, porque cuando decías que no tenía remedio, también tenías razón. Me enseñaron a ser ardiente cuando algo me apasiona y a mantenerme en grados negativos cuando me importa una mierda. Porque suelen ser las personas auténticas las que no encuentran motivos para cambiar las cosas en las que creen de verdad. ¡Oh! ya se me olvidaba, el futuro... Por fin, después de muchos años pensando lo que quiero ser "de mayor", he encontrado una respuesta: Quiero ser yo. ¿Por qué iba a querer ser otra cosa? Siempre decías que debía intentar ser alguien en la vida. Pero siento decirte que te faltaba algo al final de la frase: "Lo importante es ser alguien en la vida de alguien."
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