No me juzgues, soy consciente de que paso más tiempo caído que de pie, que mis errores son infinitamente más numerosos que mis aciertos y que antes de que cicatrice una herida ya tengo cientos de nuevos moratones... pero soy así, soy torpe, atolondrado, distraído...
Quizás alguna vez haya herido a alguien, pero Dios sabe que prefiero autodestruirme antes que dañar a quienes amo.
Tal vez mis decisiones no son las más acertadas, pero son las que considero “menos peores” en este torbellino de vida que me ha tocado.
Sé con certeza que soy un caos caminante; que mi corazón ama demasiado y no toma recaudos; que me entrego por completo sin medir las consecuencias. Soy pasional, no hay manera de que pueda cambiar eso... Por eso necesito que aunque no me entiendas, no me juzgues, no me condenes a la soledad, simplemente acompáñame en silencio, y cuando este tirado en el suelo, ahogado en lágrimas, no me reproches nada, simplemente dame tu mano para que pueda levantarme y abrázame fuerte para que yo sepa que, a pesar de todo, algo estoy haciendo bien si estoy entre tus brazos.
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