jueves, 19 de diciembre de 2013


Yo nací para ser libre. Pero si en el camino mis piernas se enredan con las tuyas, juro que no he de quejarme.
Mejor aún, te invito a caminar juntos hasta que el cuerpo se nos desarme, que se nos vaya en besos la tarde y riamos hasta que la luna deje de usar al sol para brillar.
Te propongo que entrada la noche, entremos en desvelos y nuestros cuerpos se unan. Que sean sin que se pertenezcan y no olviden su individualidad; eso es lo que les da sensualidad.

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