Seamos sólo un dulce amor platónico, no te toco, no me tocas. No te hiero, no me hieres. Ni me alejo, ni te acercas. Sólo la distancia necesaria para seguir sintiendo esto por tí. No te amo, no me quieres. Pero me importas. No te tengo, no me tienes. Y así el dulce amor platónico nunca se acaba, y si se acaba, ni lo sientes.
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