jueves, 28 de noviembre de 2013

Uno, dos, tres...

El día está gris, confuso y triste... es un jueves roto, que huele a ausencia, a café y a manzana. Las gotas de lluvia se deslizan por el ancho cristal de la ventana, el ambiente está callado y me encuentro solo en casa
Una gota, dos gotas, tres gotas... una lluvia – cuento mientras me quedo extasiado observando el recorrido que hacen mis dedos a través del cristal.–  
Una flor, dos flores, tres flores... un jardín.
Uno, dos, tres... ¡Me gusta contar, es divertido! 
Un pétalo, dos pétalos, tres pétalos... Una flor.
Me encanta juntar cosas para formar "algo". Me hace pensar que en algún momento ese "algo" estaba solo y pasó a ser parte de otro "algo", y juntos formaron "algo completo", como tú y yo, ¿recuerdas? Éramos dos cuerpos separados que se unieron, porque así lo quisieron, para formar un corazón, un alma, un amor...
"Éramos", eso se rompió, como se rompió mi taza de café al ser arrojada contra la pared, la intensidad del golpe la destrozó, tirada en el suelo. Quise restaurarla, y lo hice, pero no quedó igual. 
¡Maldita sea, estoy recordando cosas que no quiero recordar! No quiero pensar en él ni en mi taza de café rota. ¡Me duele, me lastima!
Ahora estoy ansioso y un poco más triste que al principio... algo araña mi interior, son los recuerdos, ¡es el puto recuerdo! me carcome... Me duele la soledad, el silencio, la lluvia que cae... ¡Quiero escapar de aquí!
Debo recuperar la cordura. Estoy bien, estoy bien... -me repito hasta lograr una aparente estabilidad- No pienso en nada, en nadie, solo cuento la lluvia, las flores , las hojas...
Una desilusión, dos desilusiones, tres desilusiones... una herida.
Uno, dos, tres...

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