Nunca tuvimos un término medio. Nos queríamos a morir o matábamos por querernos. Me hiciste cruzar la línea que un día tú pintaste. Me hiciste saltarme semáforos en rojo sabiendo las consecuencias. Sin embargo yo puedo ser los viernes por la noche, y tú los domingos por la mañana. Puedo quererte los días pares y tú a mí los impares. Yo seré quien ponga las normas y tú quien se las salte. Yo puedo ser lo que tú quieras, tú ya eres lo que quise yo.
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