miércoles, 8 de mayo de 2013


Nunca jamás pienses que te puedes enamorar de alguien que escriba. Tampoco le escuches o prestes mucha atención a lo que dice. Enamórate de alguien simple, sencillo y que tenga mala ortografía, te dará alegría sin sabor, de esa que no despierta emoción. En cambio, alguien que escriba, sería capaz de narrar la historia más aburrida y hacerla parecer divertida, interesante, ocurrente. Esa que escribe hasta en una servilleta.
Sal con alguien que solo se preocupe por su aspecto, te vendrá bien en todas esas fotos y reuniones del trabajo. Tu madre dirá que podréis tener hijos hermosos y que ella se dedicará a cuidarlos cuando llegue el momento. Una persona que escribe, en cambio, podría hacerte pasar momentos incómodos cuando decida reírse de alguna tontería en la calle, cuando recuerde algún cuento o cuando decida ser ella misma en alguna fiesta y convertirse en una persona interesante llena de cuentos y aventuras que solo conoce por las páginas que escribe.
Disfruta de tu vida con alguien cualquiera, sencillo y simple. Tendrás una vida sin preocupaciones y sin montañas rusas emocionales. Siempre sabrás qué esperar y cómo, disfrutarás del sexo matutino en la única posición que sabe, porque de todas maneras sentirá placer y tú también. Deja de lado a aquella persona que escribe, atrevida y oculta detrás de sus letras. Esa que es capaz de mostrar su lado más salvaje cuando se siente cómoda y aceptada porque será ese, aunque no lo creas, su momento de mayor sensualidad.
Alguien que escribe, que lee, que disfruta, que crea historias será un reto. Mantenerle a tu lado no será cuestión sencilla. Disfrutará, probablemente, del cine “raro” y preferirá comprar libros antes que cualquier otra cosa, pero aun así podrás encontrarle un día vistiendo solo sus gafas y algún libro que le guste porque así se lee mejor. Cuando nada te incomoda. Cuando solo la piel te acompaña. En cambio, aquella persona que no escribe ni siquiera un papel para decirte que la esperes, será mucho más fácil de mantener, llévale a fiestas ruidosas y llenas de gente plástica que solo asiste a aquellos lugares para que el ruido de la música les impida escuchar la tristeza de sus pensamientos.
Conquista a alguien que no escriba, será fácil a la hora de consentirle y hacerle regalos, para ella será solo cuestión de rosas y chocolates, sin esperar más allá. Piensa que, si te enamoras de alguien que escribe, deberás buscar libros, tulipanes, chocolates diferentes, obras de teatro o sencillamente una tarde en un parque. Para ella cualquier regalo podría ser especial, pero no sabes qué es «cualquier regalo» porque sabes que retará tu creatividad.
En fin, enamórate. Enamórate de quien irrumpa en tus sueños cuando menos lo esperes, enamórate de quien te rete. Conquista a esa persona que, sin darse cuenta, ya entró en tu cabeza y no la puedes ni quieres sacar. Enamórale porque te la imaginas en tu casa, contigo a tu lado. Enamórale con frases inesperadas, con música que os conecte , con deseos y mensajes que llegan a deshora solo para recordar que le extrañas. Enamoraros.
Pero si descubres que es mucho para ti porque reta demasiado tu mente, corre a buscar a la persona que no escribe, pero antes déjale una nota a quién te robó el pensamiento para que esté enterado que será pronto el momento de colocar punto final a otra historia. Y si el caso es contrario, si descubres que tu vida está al lado de aquella persona que escribe, corre con un ticket del metro y un mensaje, entra en su biblioteca y déjaselo en el libro de turno, ¡Sorpréndele!

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