Espero que sepa diferenciar mi palabra de la de otra persona. Espero que vea que no existe un solo instante en que no se susurre su nombre, no tan lejos como de mi cuerpo, pero más cerca del corazón. Preferiría que me miraras diferente, para ser un digno rival de tu belleza, y para que entiendas que si mis manos son de ceniza, es porque tú eres de fuego.
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