Cualquiera es capaz de mirar un color y decir qué color es, en cambio no cualquiera es capaz de describirlo siempre como si se lo explicara a un ciego.
Plasmamos todo como si los demás fuesen ciegos y tuviesen que entender cómo es ver de verdad. En el fondo, a lo largo de tu vida, conocerás a muy pocos que de verdad saben sentir.
Quien nos habla de dolor, y de como superarlo debe de haberlo vivido antes. La felicidad no está hecha para ser descrita, nadie en su sano juicio deja de disfrutarlo para poder explicarlo. El dolor sí, que si no es contado, desgarra a quien lo siente.
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