martes, 15 de noviembre de 2011

Lo que intento decirte es que entiendo lo que es sentirse el ser más pequeño, insignificante y patético de la humanidad y lo que es sentir dolor en partes del cuerpo que ni siquiera sabías que tenías. Y da igual cuántas veces te cambies de peinado, o a cuántos gimnasios te apuntes, o cuántos vasos de Chardonnay te tomes con los amigos, porque sigues acostándote todas las noches repasando todos los detalles y preguntándote qué hiciste mal o qué pudiste malinterpretar. Y cómo puñetas en ese breve instante pudiste pensar que eras tan feliz. A veces, incluso logras convencerte de que verá la luz y se presentará en tu puerta.Y después de todo eso y aunque esa situación dure mucho tiempo, vas a un lugar nuevo y conoces a gente que te hace recuperar tu amor propio. Y vas recomponiendo tu alma pedazo a pedazo, y toda esa época difusa, esos años de tu vida que has malgastado, empiezan por fin a desvanecerse.


3 comentarios:

Carmen dijo...

Y tanto.. No importa lo que hagas por fuera, tan sólo lo de dentro... No se puede pretender, que con tan solo cambiar por fuera, podramos cambiar lo que sentimos por dentro...

La película de ''The Holiday'' me encantó, y la veo siempre que puedo :)

Un beso muy fuerte!

Punto Aparte dijo...

buenas palabras... pasate por el mio si kieres ;)

JorgeLastonner dijo...

BOnito texto! me gusta tu blog! te digo pasate por el mio y sigueme si quieres! muchas gracias! :D