Todos podemos pedir un deseo al año al soplar las velas en nuestros cumpleaños, algunos pedimos más, con las pestañas, los abuelitos, en las fuentes, al ver una estrella fugaz... y de vez en cuando, algunos se comparten. ¿ Y que pasa entonces, es tan bueno como esperabamos?¿Disfrutamos de nuestra felcidad o, nos damos cuenta de que tenemos una larga lista de deseos esperando a ser deseados?. No deseamos lo fácil, deseamos cosas importantes, cosas ambiciosas, fuera de nuestro alcance. Deseamos cosas porque necesitamos ayuda, tenemos miedo, y sabemos que quizá pedimos demasiado, pero seguimos teniendo deseos porque, a veces, se hacen realidad.
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