Posiblemente de esto es de lo que trata la vida: Caerse y levantarse.
Que tal vez el precio que hay que pagar por estar en las nubes, sea el dolor de darse de lleno contra el asfalto, la caída libre.
Que si algo he aprendido, es que las casualidades no existen y que todo pasa por algo. Siempre hay algo por encima de nosotros que se escapa al entendimiento. Llámalo destino o como queráis, pero ahí está, y tal vez siempre quiera llevarnos en la dirección correcta.